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Mostrando entradas de junio, 2012

Seguimos con la obra de arte

No existen hechos, sino interpretaciones- nos decía Nietzsche. A primera vista esta frase nos puede llevar a caer en el relativismo más absoluto. Conviene, pues, como también él nos aconsejaba, rumiar la frase a fin de digerir, hacer nuestro su sentido que no es más que un reconocer el estatuto ontológico de la obra de arte. Básicamente, se han tratado de imponer dos formas de considerar la obra de arte. La primera de ellas acentúa el carácter de cosa. Así vista, la obra de arte es un mero contenedor de información que el espectador debe ser capaz de sacar a la luz. La obra de arte, como cosa, se supone guarda unos datos definidos, aunque se pueden manifestar en varios niveles o capas. Las capas más superficiales son las más fáciles de reconocer, son las que tienen acceso la gran mayoría de las personas, la moneda corriente entre el vulgo. Las capas más profundas necesitan más dedicación, aparece la figura del experto, esa persona dedicada al estudio preciso de las obras de arte.

Sobre la rebelión de las masas... 1

Podemos decir que unos de los engendros de la "modernidad"  ha sido el de "las masas". El hombre moderno, como proyecto ilustrado, poco a poco va mostrando sus contradicciones que van salpicando el mundo del pensamiento. Nuestro Ortega, como pensador que ha sabido saltar al ruedo del mundo del pensamiento por su relevancia internacional, no hará oídos sordos a estas problemáticas de carácter genérico o universalista que afectan a proyectos humanos no localistas, aunque sabrá insertarlas, en el caso de España, a problemas prácticos, es decir, a los quehaceres diarios de las personas en su circunstancia vital. Es aquí donde "el problema de España", tan debatido en el siglo XIX, sigue aún vigente. Sin duda, Ortega tiene muy presente el trágico 1898 cuando España pierde las últimas colonias.  Pero volviendo al tema de las masas, según Ortega, lo que caracteriza al hombre moderno es la cantidad de medios que dispone para hacer su vida mucho más fácil, p

A Coruña 2012: Campeonato de España 20 km ruta

Llevaba unos cuantos años sin participar en este campeonato, desde que se decidió coincidirlo con el de 50 kilómetros, en invierno. Me asaltan algunos gratos recuerdos. La prueba de A Coruña. En ella realicé mi primera mínima para un campeonato de España. Fue el año 2005, y se pedían menos de 1 hora 34 minutos en los 20 km. La logré, 1 h. 33´01´´. En Málaga, sede de los campeonatos de España, revalidé la marca: 1 h. 33´ 20´´. En el momento que entraba en el estadio saltaba Niurka Montalvo. Hice como si los aplausos fuesen para mí.  No se la razón de quitar eso de empezar y terminar en el estadio. Supongo que tendrán sus razones. Pero no me gusta. La soledad es soledad por la esperanza. Sin esperanza se convierte en una vulgar agonía. La entrada en el estadio, ese momento sagrado, glorioso, culminación del esfuerzo, de la entrega... Decía. Vuelvo a A Coruña, estancia fugaz, efímera, pero intensa. Dejo pasar los días y el cansancio. Escribo: 1 h. 37´ 23´´. Lejos de mis marcas,