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Mostrando entradas de diciembre, 2014

En torno a... "La decadencia del analfabetismo" de José Bergamín

Decía Paco Umbral sobre José Bergamín (1895-1983) que fue una “víctima de Ortega, como todos los ensayistas de la época, que se ve frustrado por el inmenso, quizás excesivo, magisterio del madrileño” [1] . Nuestra tarea es averiguar en qué sentido estas palabras de Umbral pueden darnos alguna luz sobre las ideas de Bergamín desarrolladas en el ensayo La decadencia del analfabetismo [2] , es decir, en qué sentido ciertas ideas de Ortega se hayan asumidas, consciente o inconscientemente, en Bergamín y, si fuera el caso, poder cuestionar la afirmación de Paco Umbral.   Veamos pues.             Ya el título del artículo de Bergamín nos puede suscitar un hecho importante que concierne a la propia modernidad Europea, y es la especial importancia que tiene la educación en nuestros pensadores ilustrados. El desarrollo del bienestar del hombre pasaba, inexcusablemente, por la alfabetización efectiva de las gentes, alfabetización que llevaba consigo la posibilidad de hacer un uso

Prolegómenos para una lucha de clases... 1

Para la intelectualidad inconformista, el apelar a "la confianza" de los mercados no es más que una manera zafia y vulgar de tratar de solucionar los problemas inherentes a todo proceso de crisis. Porque la pregunta es obvia, ¿quién hay detrás de los mercados? ¿No es verdad que todo este sistema sólo puede ser movido por alguien en concreto, una persona, una corporación, unos representantes de naciones? Y en este sentido, ¿no es que esta crisis viene dada por la deslealtad de esos que rigen esos mecanismos del mercado hacia los que les entregan el poder, los más? Pero quizás toda esta “obviedad” no sea más que una trampa, un señuelo a partir del cual se nos logra incapacitar para llevar a cabo una verdadera crítica, esa que no consiste solamente en destruir, sino en crear. Es por eso que debamos prestar más interés en esa "confianza", es decir, reconsiderar la importancia de la confianza en el mecanismo de los mercados. Por lo tanto, desde mi punto de vista, ha

El Quijote... Lo que yo te diga, el Quijote.

Dice Pérez Reverte que   la culpa de que una obra tan importante se haya ido de las escuelas se debe a «generaciones de ministros analfabetos que no saben  para qué sirve el Quijote ». http://www.abc.es/cultura/libros/20141210/abci-quijote-wert-reverte .  Sin duda, puede estar en la razón nuestro ilustre académico, pero lo que no cabe duda es que el tema del Quijote, vamos, el de que entre en los programas educativos de nuestros escolapios, ya resonaba hace casi un siglo en los oídos de la intelectualidad de la época. Allá por el año 1920, sería nuestro Ortega, en un artículo de "El Espectador" titulado Biología y Pedagogía, el que tratará de poner negro sobre blanco, más allá de si el Quijote sí o el Quijote no, con respecto al problema básico de la educación, que es, fundamentalmente, un problema pedagógico. Así se introducía Ortega en el tema: A propósito de la Real orden que impone la lectura del Quijote en todas las escuelas primas, escribe en La Libertad Anton