Querido amigo:
No necesitas que te comente la admiración que profeso a este compositor. Hemos compartido gratos momentos con su música. Recuerdo como buscábamos obras de él para poder interpretarlas, las llamábamos concurseras. Lástima que se nos quedara esta en el tintero.
Ahora que vivo una especie de jubilación anticipada, en vez de dedicarme a su música, me consuelo con recopilar anécdotas de su vida. Te cuento: Oliver Sacks en su El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, cuenta que una de sus pacientes estaba afectada por una extraña dolencia. Oía melodías prevenientes de su cabeza. Sacks continúa de esta manera:
"Un mes después de que yo viese a la señora O'M. salió un artículo en el New York Times titulado «¿Tenía Shostakovich un secreto?». El «secreto» de Shostakovich, se decía (lo decía un neurólogo chino, el doctor Dajue Wang), era la presencia de una esquirla metálica, un fragmento de bomba móvil, en su cerebro, en el cuerno temporal del ventrículo izquierdo. Al parecer Shostakovich se mostraba muy reacio a que le extrajesen aquella esquirla: Desde que tenía alojado allí el fragmento, decía, cada vez que inclinaba la cabeza hacia un lado podía oír música. Tenía la cabeza llena de melodías (siempre distintas) de las que se servía luego para componer.
Ahora que vivo una especie de jubilación anticipada, en vez de dedicarme a su música, me consuelo con recopilar anécdotas de su vida. Te cuento: Oliver Sacks en su El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, cuenta que una de sus pacientes estaba afectada por una extraña dolencia. Oía melodías prevenientes de su cabeza. Sacks continúa de esta manera:
"Un mes después de que yo viese a la señora O'M. salió un artículo en el New York Times titulado «¿Tenía Shostakovich un secreto?». El «secreto» de Shostakovich, se decía (lo decía un neurólogo chino, el doctor Dajue Wang), era la presencia de una esquirla metálica, un fragmento de bomba móvil, en su cerebro, en el cuerno temporal del ventrículo izquierdo. Al parecer Shostakovich se mostraba muy reacio a que le extrajesen aquella esquirla: Desde que tenía alojado allí el fragmento, decía, cada vez que inclinaba la cabeza hacia un lado podía oír música. Tenía la cabeza llena de melodías (siempre distintas) de las que se servía luego para componer.
Al parecer los rayos X indicaron que el fragmento se movía cuando Shostakovich movía la cabeza, que presionaba en el lóbulo temporal musical cuando se inclinaba, y producía así una infinidad de melodías de las que se servía luego el talento de Shostakovich. El doctor R. A. Henson, compilador de Music and the Brain (1977), mostraba un escepticismo profundo pero no absoluto: «Vacilaría si hubiese de afirmar que no podría suceder».
Después de leer el artículo se lo di a la señora O'M. para que lo leyera y sus reacciones fueron vigorosas y claras. «Yo no soy Shostakovich», dijo. «Yo no puedo utilizar mis canciones. De todos modos, estoy harta de ellas... son siempre las mismas. Quizás para Shostakovich fuesen un don las alucinaciones musicales, pero para mí no son más que un fastidio. Él no quería tratamiento... pero yo lo quiero, desde luego que sí. »"
Comentarios
Por cierto, he encontrado por ahí una versión para banda de esta obra. La interpreta la Banda de la Fuerza Aérea del Ejercito Americano y el arreglo es de un tal P. Mitchell.