Hace unos meses alguien me preguntó por el significado de esta marcha. No es una pregunta nueva. Hoy en día es habitual preguntarse por el significado de la música, como si esta fuera capaz de comunicar algo más allá de lo musical. Esto no es más que una herencia de nuestro Romanticismo musical. En este periodo nace la música programática que no es más que una búsqueda de imágenes que nos guíen en el devenir incesante de ritmos, melodías y armonías.
La música, por esencia, mantiene ese carácter incorpóreo, intengible, enigmático, que procuran los sonidos que se mueven en el tiempo. A veces, nos sentimos abrumados ante ese lenguaje poco concreto, le llamamos el lenguaje de los sentimientos, de las emociones. Parece, según dicen unos, que ese es el ámbito de la música.
Otros niegan tal poder. La música, en sí, no transmite nada al oyente, es mas bien éste el que recrea, da significado, a los sonidos que se encuentra en el camino. En este sentido, los sonidos son creaciones sin alma, una especie de vampiros en busca de sangre fresca que les devuelva, por momentos, la vida.
Hoy en día, creemos superada la batalla dialéctica entre estas dos formas de concebir la música. Desde luego, es absurda la pregunta sobre qué fue primero, el huevo o la gallina. Ambas cosas se dan simultáneamente. Vamos, digo yo.
Comentarios
Comento con mis alumnos tres textos a la par en una misma clase: “Romeo y Julieta”; un texto que te envié sobre “El miedo al conocimiento. Contra el relativismo y el constructivismo” de Paul A. Boghossian y un texto, por último de Steiner, “Interpretar es juzgar”. Estamos mis alumnos y yo recién llegados del romanticismo de Goethe… y caemos en la emocionalidad shakesperiana del amor, el enamoramiento, emoción-sentimiento-razón-conocimiento… ¿Te hablé alguna de “Filocalia o el amor a la belleza” de Pedro Antonio Urbina? Creo que debiera releer este libro, además del texto que quedaste en enviarme de Ortega sobre el relativismo… Seguiré en mi blog publicando en breve, cuando pueda, algunas cosillas sobre Unamuno.