Querido amigo:
Ruego que perdones mi reiteración en el asunto. Ayer tarde recordé las palabras de un viejo amigo. Hablábamos de la libertad. Lo noté derrotado ante la imposibilidad de encontrar la manera de armonizar lo que él llama las dos libertades, la individual y la colectiva. Le trato de explicar que ese dualismo no es más que una espuria manera de explicar las cosas, los acontecimientos, basada en la falsa creencia en el sujeto completo, en el individuo libre, independiente. Es en esto que lo colectivo, en contraste con lo individual, adquiere la forma de una vulgar agregación de átomos movidos por una ley mecánica universal. Cartesianismo le llaman.
Ruego que perdones mi reiteración en el asunto. Ayer tarde recordé las palabras de un viejo amigo. Hablábamos de la libertad. Lo noté derrotado ante la imposibilidad de encontrar la manera de armonizar lo que él llama las dos libertades, la individual y la colectiva. Le trato de explicar que ese dualismo no es más que una espuria manera de explicar las cosas, los acontecimientos, basada en la falsa creencia en el sujeto completo, en el individuo libre, independiente. Es en esto que lo colectivo, en contraste con lo individual, adquiere la forma de una vulgar agregación de átomos movidos por una ley mecánica universal. Cartesianismo le llaman.
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