ENCUENTROS
CON EL OTRO
(Reflexividad
del pensamiento: capacidad del pensamiento de volverse sobre sí, es
decir, a la hora de pensar sobre el Otro, lo que se piensa es sobre
Uno mismo.)
Pensemos
que un Otro realiza una declaración sobre mí mismo (el Yo en
adelante) del tipo: “te cambio el trabajo y verás como no tendrás
tantas ganas de leer”. Esta afirmación es contrarrestada por el Yo
con esta otra: “si no te conociera entendería tus palabras como el
fruto del resentimiento”. El Yo, al incluir el “resentimiento”,
ya está imponiendo una forma concreta a la afirmación del Otro, a
una afirmación que, de por sí, puede ser vaga o inocente, es decir,
que no lleve aparejada el resentimiento del sujeto que la enuncia.
Entonces,
¿por qué hace daño la afirmación del Otro? Hace daño en la
medida de que el que la recibe, el Yo, es ya un sujeto resentido,
pero ese resentimiento no es afirmado (confesado) por el propio
sujeto, sino por el Otro. Es decir, es a través de las palabras del
Otro con las que el Yo tiene la oportunidad de expresar su propio
pensamiento. Es, pues, el Otro el que, inconscientemente y con
carácter retroactivo, pone voz al pensamiento del Uno. En este
sentido, es el modo cómo reaccionamos ante las palabras del Otro lo
que pone en evidencia lo que nosotros pensamos de nosotros mismos.
Así, soy una persona resentida en la medida de que las palabras del
Otro me las tomo como fruto del resentimiento, o en otros términos,
el rey es el rey en la medida de que Yo lo considero un rey, y no que
el propio rey, como sujeto, contenga ese carácter regio.
Este
hecho pone en evidencia el estatuto ontológico del propio sujeto. El
sujeto no es un sujeto con una sustancialidad determinada, es la
búsqueda de esa sustancialidad. Una búsqueda vana, porque esa
sustancialidad no es propia del sujeto. Un sujeto que se considere
sustancial es un sujeto sin identidad, porque la identidad sólo es
hilvanada a través de nuestra relación con el Otro que es, como
hemos dicho, el que le da la voz. Ciertamente, en la medida en que
nuestra relación con el Otro es plural -no existe un Otro absoluto,
sino muchos Otros- nuestra subjetividad es procesual, nunca
sustancial, es decir, el sujeto se conforma a través de la relación
con los demás, siendo los demás los que, a través de sus
declaraciones, abren las vías de comunicación que no son más que
los procesos mediante los cuales el pensamiento (la subjetividad) se
da forma a sí mismo.
Comentarios