Unos de los mitos de la mal llamada civilización Occidental es el excesivo optimismo en torno al poder de la racionalidad científico-técnica. En este sentido, el término sociedad avanzada va parejo al de alto nivel tecnológico que conlleva un alto bienestar en la población. Ese espíritu tecnológico también termina subsumiendo los aspectos más inconmensurables de lo humano, su realidad como zóon polikon, quiero decir, sus valores reguladores, la moral y la ética. En este sentido, una sociedad científico-tecnológicamente avanzada es una sociedad pacífica, con una especial capacidad para el diálogo, para la resolución de los problemas que plantean el quehacer diario en sociedad. Por otro lado, una sociedad tecnológicamente no avanzada es una sociedad atrasada que suele resolver los problemas con la violencia debido a los pocos recursos racionales que posee.
Pero, ¿en qué consiste esa capacidad para el diálogo en nuestra sociedad occidental? Básicamente, en un contrato de compra-venta, un intercambio de cromos entre iguales que oculta lo que nos diferencia. Hay en esto cierto interés es esconder lo distinto, la otredad, interés evidentemente ideológico, tanto para unos como para otros, que actúa como un mecanismo de auto-defensa, una especie de fuerza centrípeta que trata de mantener unido al grupo.
Esta fuerza centrípeta lleva pareja una fuerza centrífuga, entendida como necesidad irresistible de búsqueda de alimento para poder sustentar al grupo. ¿Todo vale, pues?
Pero, ¿en qué consiste esa capacidad para el diálogo en nuestra sociedad occidental? Básicamente, en un contrato de compra-venta, un intercambio de cromos entre iguales que oculta lo que nos diferencia. Hay en esto cierto interés es esconder lo distinto, la otredad, interés evidentemente ideológico, tanto para unos como para otros, que actúa como un mecanismo de auto-defensa, una especie de fuerza centrípeta que trata de mantener unido al grupo.
Esta fuerza centrípeta lleva pareja una fuerza centrífuga, entendida como necesidad irresistible de búsqueda de alimento para poder sustentar al grupo. ¿Todo vale, pues?
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