En el mundo de la música clásica hay una especie de cinismo, de gusto por poner encima de la mesa, con cierto revestimiento de elegancia, cuestiones macabras. Si digo que ese concierto me repugnaba mucho antes de salir esta noticia: El concierto de año nuevo lo inventaron los nazis, puedo pecar de oportunista. Me importa un rábano. No necesito datos para saber lo que oculta un concierto como el de año nuevo. Con mirar el repertorio las ideas me llegan solas. Pero llevo diciendo algo similar con respecto a la 5ª de Shostakovich, la sinfonía que se interpreta con más asiduidad y la que más dudas plantea sobre compositor. ¿Por qué seguimos por ese camino?
En las reflexiones sobre estética de Theodor Wiesengrund Adorno la música ocupa un lugar fundamental. En cierto modo, y utilizando terminología hegeliana, su vida fue una continua disputa dialéctica entre las dos disciplinas que trabajó y dominó, la filosofía y la música, y a las que en ningún momento renunció a lo largo de toda su vida. Es así como en su pensamiento encontramos numerosas y valiosas reflexiones sobre la música que nos hacen suponer que ésta se halla en el centro de sus pensamientos y sobre cuya estructura parece haber elaborado su teoría estética general. En concreto, en atención a la música, escribió numerosos ensayos que culminaron en su síntesis teórica: Teoría Estética 1 , publicada incompleta y póstumamente en 1970. La Teoría Estética es una reflexión sobre la propia estética como disciplina y en la que Adorno se plantea la posibilidad de salvarla de la precaria situación en la que se encuentra en una época concreta, la de las vanguardias históricas, los mass-medi...
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