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PASADO, FUTURO Y PRESENTE... PROGRAMA DE MANO

  PASADO, FUTURO Y PRESENTE MARCHA…………………………………………………………….. L. van BEETHOVEN Los clásicos tenían la buena costumbre de recibir a los visitantes, como muestra de hospitalidad, con una sencilla Marcha de bienvenida. Nosotros hemos hecho lo mismo. En cierto modo, sentimos añoranza de los viejos tiempos, los tiempos donde la música no era tan presuntuosa. SERENADE in Eb, K375……………………………………….………….. W. A. MOZART ALLEGRO MAESTOSO. MENUETTO. ADAGIO. FINALE. Pero llegó un día en que el relativismo se impuso. Hay que dar rienda suelta a la creatividad, decían unos, otros, más osados, vociferaban “ABAJO el VIEJO MUNDO”: si para unos la música podía cambiar el mundo, para otros nos trasportaba a lugares fabulosos… Y así fue como ésta fue alejándose de la vida real, y los músicos fueron perdiendo la capacidad de hacer una música sencilla. Hasta que unos pocos valientes quiso empezar de nuevo. Como si del juego de la oca se tratara, se situaron el la primera
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SHOSTAKOVICH: testimonio de una revolución fracasada

El hombre es un animal que abandonó la seguridad del instinto en favor de la idea, del conocimiento, de lo inmaterial. Debido al carácter suprasensible de la idea, alejada de lo material, en el hombre surge el problema de cómo plasmar esa idea, ese conocimiento, a través de sus propias acciones y su propia materialidad, porque el hombre es algo, y convive entre cosas. Pero hablamos de un pseudo problema, pues la propia idea, por ejemplo, la idea de Bien, lleva incorporada su propio fracaso, o sea, el Mal. Desde un punto de vista estrictamente materialista, la idea incluye su propia imposibilidad, su propia inadecuación a la materialidad. Así, no es que la materialidad se resista a ser gobernada por la idea, sino que la propia idea no puede gobernar toda la realidad, debe seleccionar.  En cualquier caso, la idea nos guía, mientras que el Mal nos pierde. Todo esto lo tiene el hombre, entendido como especie humana, y esa es su lucha, una lucha cuyo fracaso está inscrito en la propi

Invención 32

Contábamos juntos Los minutos encendidos, Austeros puntos del firmamento, Que se movían con rítmica danza. Soñábamos juntos La cuántica estabilidad Difuminada por las fluctuaciones De nuestros corazones. Reíamos juntos por La ingenua virtualidad De nuestros cuerpos Anhelantes de realidad. Juntos… Juntos… Juntos...

Nacionalismo Musical: Isaac Albéniz, Enrique Granados y Manuel de Falla

La presente entrada trata sobre el nacionalismo musical español de principios del siglo XX, y más concretamente, sobre la obra de Isaac Albéniz, Enrique Granados   y Manuel de Falla. Nos acercaremos a ellos desde el punto de vista estético-filosófico, desde el cual expondremos los elementos o momentos sobre los cuales se articularía su nacionalismo musical. El primer momento tiene un carácter objetivo.   El compositor toma consciencia de cuáles son los materiales que va a utilizar en su obra. En este sentido, el nacionalismo musical español toma como fuente las melodías, ritmos y armonías típicas de su cultura. En algunos casos, esa consciencia llega de la mano de una recopilación exhaustiva de materiales de la música patria popular, y en otros, menos comprometidos en cierto modo, lo resuelven con una simple cita de algún elemento material y la consiguiente adaptación a los medios o procedimientos interpretativos hegemónicos del periodo. Este momento tiene un carácter objetivo

En torno a... On the Town

Uno de los aspectos que determinan la hegemonía ideológica sea el de la repetición. En un contexto donde una ideología mantiene su poder hegemónico, la vida de las personas  mantiene cierta regularidad. A pesar de esas pequeñas rupturas, nos referimos al ritmo sincopado,  la vida se mantiene en su sitio, las cosas son como son. La repetición, sin duda, tiene numerosas ventajas, ventajas resumidas, si nos remitimos al contexto de la época, en lo que viene en llamarse como fordismo . Por tanto, podríamos decir que el musical trata sobre el "fordismo cultural", entendido como producción  industrial en serie de productos culturales. Pero, sería injusto menospreciar la importancia de la repetición en el alma y el espíritu de los sujetos. La repetición estabiliza y brinda el espacio sobre el cual desarrollar actividades más elevadas. Es por ello que la hegemonía ideológica es, en esencia, fundamental, pero tiene sus peligros: la cosificación, la vulgarización, la mediocrid

LIBRE ALBEDRÍO... (Y 2)

Imagina el presente . En el presente nos situamos siempre mirando hacia delante, hacia el futuro . El pasado queda atrás. Es imposible mirar atrás como ya lo puso de manifiesto el mito de Orfeo: “no podrás mirar atrás a riesgo de que Eurídice desaparezca para siempre”. El pasado, por tanto, es algo que nos está vedado. ¿Completamente? En el presente nos encontramos con pequeños restos de carácter fragmentario que nos recuerdan el pasado. Esa es nuestra única referencia. El futuro es un espejo sobre el cual proyectamos la idea que hemos logrado hilvanar a través de esos restos del pasado. Esa proyección nos hace pensar que es el pasado el que se refleja de forma nítida en el espejo del futuro, pero tenemos que tener en cuenta que el pasado nos está vedado, no tenemos acceso directo a él. El pasado es “recreado” por el propio sujeto a través de esos restos en el espejo del futuro. Por tanto, el conocimiento de la realidad se nos da de manera fragmentaria. Sólo la razón (el p

LIBRE ALBEDRÍO (1)

Partimos de la premisa de que la realidad está marcada por una contradicción fundamental. Esto significa que la realidad es “no toda”, que no puede ser totalizada, no porque seamos incapaces, nosotros seres finitos e imperfectos, de encontrar o descubrir sus leyes últimas (por cierto, qué sería entonces de nuestro libre albedrío si conocemos esas leyes y nuestra libertad se reduce al ser enteramente conscientes y consecuentes del camino que nos espera en nuestro quehacer), sino porque la propia realidad es parcial, quebrada. Pero, a pesar de que, desde el punto de vista ontológico, la realidad está atravesada por la espada, en definitiva, está herida, la totalización es posible en la medida que ella misma, la realidad me refiero, cierra la herida, la oculta, y ese cerramiento se produce de manera inmanente, es decir,   es la propia contradicción la que genera su propia totalización. Es el prefijo “auto-“ el que pone nombre a esa capacidad de actuar por sí mismo en sus diferent