Ballesterror...

Hace años que no disfruto de una prueba como la que se dió el pasado sábado en Llerena. Ciertamente, se dió la circunstancia de que nos presentamos un ramillete de marchadores con marcas en torno a los 45´- 47´. En mis 10 años de marchante no recuerdo ir en grupo, ese vivir las iniciativas de unos, el "hacer la goma" de otros. Mi experiencia en esto de la marcha es siempre de soledad, de lucha contra el crono. Algunas veces en pareja, quizás algún que otro trío. Por mi parte, y como preparación para mis 50, me presenté con la ilusión de disfrutar de la carrera a la vez que seguir poniendo a punto la maquinaria para los futuros compromisos. Aceptables 46´47´´ teniendo en cuenta la carga acumulada que deberán ser ratificados en los 20 km del Campeonato de Andalucía a celebrar en Jodar el próximo 18 de febrero. En el estrecho pero amable circuito de esta localidad jienense ya me moví en torno a la hora 33 minutos. Ese es mi objetivo. Pero, sigamos trabajando.

Torturada, ensimismada En la penumbra Hundida, tras ella, La soledad marcaba, Inexorable, las horas. Esa renuncia, convocada Provocación, Desataba su fuerza, Su furia descontrolada Tras su pálida cara. Así puso fin A su olvido, A su ausencia...

Sigo con la tarea. Fin de semana intenso. Sábado con 3*4000 a 19´12´´-19´31´´-19´11´´ . Hoy rodaje largo, con las piernas un poco tocadas al principio y, al terminar, hundidas. Ya queda menos.

Esta entrada debió de aparecer en mayo, pero no tenía fotos del evento. Fué una gran marcha, muy cerca de mi marca personal en el 10.000 metros en pista: 45´04´´. Me entero por facebok que este año será el último en el que podremos participar los carrozas de más de 28 años. Por lo que a mí me toca, justo el año en que termino mi licenciatura de filosofía. Viejos retos culminan y otros nuevos llaman: ¡Adelante!, la puerta está abierta.  

La degeneración de nuestras orquestas sinfónicas pasa, inevitablemente, por la elección del repertorio. Con relación a Shostakovich, en su empeño en interpretar su 5ª Sinfonía, no hay más que una cierta predisposición a darle la razón a Stalin. Con ella, Shostakovich se vió obligado a abandonar sus principios como compositor. (No quiero ser reiterativo en referencia a las circunstancias de esta sinfonía, y por eso remito a una entrada posterior,  http://ballesterror.blogspot.com/2010/10/shostakovich-contra-stalin.html ). Hay, por lo tanto, un infeliz interés en destacar lo más oscuro, lo más infame, de las personas, cierta grotesca miseria a la que dar pábulo con todos los medios, incluidos los de nuestra industria cultural. Recuerdo unos párrafos de un libro ya citado por mí varias veces, el Shostakovich de Krzysztof Meyer que transcribe las palabras de I. Glikman, amigo de Shostakovich, en el momento de la decisión de que su Sinfonía nº 4 no se iba a estrenar hasta vete

Ya te dije, En la marchita buhardilla Resguardados del frío, En la penumbra serena, Ausente, perdida. La mirada callada, Raída por la duda, Navegaba sin rumbo A la espera del encuentro, En verdad, fortuna convenida. Ya te dije, En la marchita buhardilla.