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Mostrando las entradas etiquetadas como Lucha de clases

De Adorno a Lukâcs, y vuelta, pasando por Shostakovich

De Adorno a Lukàcs, y vuelta, pasando por Shostakovich Si algo me ha sorprendido en estos años de lectura de la obra estética de marxistas como Lukàcs y Adorno es la poca relevancia que tenía la música de Shostakovich. En Lukàcs la cosa es perdonable. En su voluminosa e inacabada Estética deja bien claro que lo suyo no es la música. Pero en Adorno, para los que amamos la música de Shostakovich, puede resultarnos extraño. Bien es cierto que sobre gustos no hay nada escrito, pero más allá de esto, y sabiendo que Adorno cuando hablaba de música, que ha sido mucho y con fundamento, lo hacía desde el punto de vista del teórico-crítico y no como un vulgar aficionado a deleitarse con los sonidos y sus armonías, vamos, lo que en términos decimonónicos se llamaría diletante , sería conveniente pensar, siempre aplicando nuestro método, el porqué de dicha ausencia y, si somos capaces, de considerar la posibilidad de que el mismo Shostakovich nos pueda aportar alguna solución a las antinom...

En torno a... "Cry Baby" de John Waters

En torno a... “Cry Baby” de John Waters Una historia de la América de los años 50, de los rebeldes 50'. Por aquellos años fue tendencia las películas sobre delincuentes juveniles. Quizás la más destacada fue Rebelde sin causa. La justificación de esta moda puede atribuirse a los cambios sociales que se estaban produciendo en aquellos años justo después de la segunda guerra mundial. Por esa época parece vivirse con especial intensidad la lucha entre dos diferentes modos de entender las relaciones con el Otro. Por un lado, la tradicional, de carácter conservador, basada en creencias religiosas o valores tradicionales y con unas normas muy “clasistas”, y por otro, la liberal, más moderna, que emerge sobre esta y que se siente atrapada, confiscada, por unas normas obsoletas que impiden el movimiento creativo del propio sujeto. El argumento es bien sencillo, los conflictos entre dos clases que luchan por la hegemonía. Pero, ¿por qué esa misma temática en los años 90...

Prolegómenos para una lucha de clases... 8

La lucha de clases parte de la premisa de que una clase es la hegemónica, pero esa hegemonía no la realiza de forma clásica, es decir, como un interés de clase explícito, objetivado, sino que esa realización se puede y debe rastrear entre las diferentes objetivaciones (clases) y sus relaciones. Es, por tanto, en las propias relaciones entre clases en las que hay que situar la lucha de clases, no en la identificación/representación de una o varias clases. En este sentido, la clase hegemónica impone un modo concreto de relación entre clases que dará lugar a un orden concreto de organización. Así, desde nuestra perspectiva, el término “burgués” NO hace referencia a un tipo concreto de sujeto, sino al tipo de relación entre clases que acabó imponiéndose en Europa en el siglo XIX. En otros términos, habría que distinguir dos niveles de tratamiento de lo que venimos en llamar sujeto burgués. Por un lado, en el nivel metonímico, ese sujeto representa una serie de cualidades o disp...

Prolegómenos para una lucha de clases... 7

Cierto que la economía y la política actúan espontáneamente en el sentido de una panmanipulación. Pero la cuestión es: ¿hasta cuándo? ¿Cuándo y cómo se alcanzará el punto de inversión? Y el aparato intelectual y social tiene, de todos modos, sus agujeros. G. Lukács Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la lucha de clases es con el fenómeno de la desideologización de la política. Por desideologización de la política entendemos, junto a Georg Lukács, que todo conflicto, toda lucha, ha perdido “la fuerza necesaria para influir en la vida de los hombres, aunque sea a través de tragedias, de un modo configurador de la especie” 1 . Este proceso de desideologización, si seguimos los pasos dados en las anteriores entradas, es el resultado de la exacerbación de una contradicción fundamental: la actualización del proceso de homogeneización, que podemos representarlo gracias las macabras realidades de Auschwitz y la bomba atómica -en el contexto vivido por Lukács-, o el ...

Carta a un amigo... 3

Querido amigo:   ¿A qué te refieres concretamente cuando hablas de ideología pequeño burguesa? -me preguntabas el otro día mientras iniciábamos una de esas interminables subidas de las que nos tienes tan acostumbrados. Gracias a que todavía la inclinación de ese repecho no era del todo exigente me saqué de la marga un ejemplo que tiene que ver con mi profesión. Antes, nuestro compañero de fatigas, hacía un resumen magistral al sentenciar que la ideología pequeño burguesa es la de aquellos que se creen “clase media” y que en realidad son “clase baja” con ciertos privilegios, privilegios de clase baja, por supuesto. Desde mi punto de vista, eso de las clases medias, o clases neutras, es uno de los grandes inventos del poder hegemónico que trata, a todo costa, de hacer desaparecer, en el sentido de ocultar, de obviar, el verdadero antagonismo que confiere a un cuerpo social el aspecto de totalidad, es decir, la relación antagónica entre el que manda y el que obede...

Yo también lloro con Pretty Woman...

De charla con los amigos surgió la idea de darle la vuelta al programa hegemónico de la conocida película Pretty Woman. Como ya sabéis, es una típica historia de cuento de hadas: ejecutivo, o sea, un tipo ganador, que utiliza a una puta para sus asuntos. La mujer de la calle, con sus encantos, es capaz de ablandar el corazoncito de ese hombre que estaba falto de eso, de cierta misericordia con respecto a sus rivales, otros ejecutivos más o menos de su misma estirpe. Y no sólo de ablandarlo, sino que termina cortejándolo y, por supuesto, dejar la calle. En términos marxistas, todo esto no pasa de ser una “robinsonada” 1 con más o menos encanto, y ya sabemos cual es el objetivo de las “robinsonadas”, servir al poder hegemónico. Las robinsonadas ocultan y obvian lo más importante de un relato veraz, en primer lugar, las múltiples relaciones y contradicciones de cada uno de los personajes situados en un contexto de clase, y en segundo lugar, el enfrentamiento cara a cara entre personaj...

Camaradas, hablamos de trincheras...

Desde nuestra perspectiva, insistimos en la necesidad, ante cualquier momento de crisis, de posicionarse. Esto supone, como medida primera y de carácter profiláctico, negar cualquier receta basada en el “regeneracionismo”, venga de donde venga, de los propios o de los extraños. El “regeneracionismo” se sostiene sobre la base de una idea concreta de la historia entendida como “un curso de acontecimientos homogéneo”. Para Benjamin, esa idea no es más que la mirada de los que han vencido, en nuestro caso, la mirada de El Capital. Esta visión descarta, deja fuera lo que fracasó en la historia, lo que se ha de negar para que la continuidad de “lo que sucedió en la realidad” pudiera establecerse 1 . Así, para Benjamin, los bienes de la cultura de los vencedores no es más que su botín. La actitud del materialista histórico es la de distanciamiento ante esos documentos culturales, “ ya que los bienes culturales que abarca con la mirada, tienen todos y cada uno un origen qu...

Prolegómenos para una lucha de clases... 6

Entendemos por fase topológica a aquel momento de la lucha de clases en el que los sujetos activos, o sea, la totalidad del cuerpo social, se ven obligados a tomar posiciones, tanto de forma activa como pasiva (tanto da el dejarte llevar que el ir por tu cuenta). La fase topológica no es más que un movimiento de organización de las fuerzas, de evaluación de posibilidades, que se inicia cuando alguien o algo irrumpe en el devenir continuo de la sociedad. En ese momento, “momento de verdad” según nuestra terminología, se produce una especie de fisura, de irregularidad, que pone a prueba el valor de las categorías en uso incorporando una nueva perspectiva que será, o no será, la que inicie el proceso de lo que llamamos transición ideológica. La fase topológica, en definitiva, coloca a cada uno en su sitio. Queramos o no queramos, en la lucha de clases no existen “metaposiciones”: o estás conmigo o estás contra mi. Por lo tanto, en toda fase activa de la lucha de clas...

Prolegómenos para una lucha de clases... 5

Podemos rastrear la dialéctica heterogeneidad/homogeneidad en los recientes acontecimientos de Grecia, sin duda, todavía no extrapolables a España en la medida de que la fuerza heterogeneizadora no ha iniciado la fase ofensiva, o sea, las primeras escaramuzas dialécticas como consecuencia de su acceso al poder, es decir, una vez que no se ha hecho con un locus o lugar en el cual poder iniciar un mínimo de ofensiva. Un aspecto del proceso heterogeneizador es el de potenciación de su contrario, o sea, la homogeneización de las fuerzas, o en términos rabiosamente actuales, el aglutinar el descontento de las masas. A primera vista, tal como enfáticamente las fuerzas reaccionarias ponen de manifiesto, es un proceso de carácter vulgar basado en un lenguaje directo y efectivo. No hay que insistir en que este fenómeno, en esencia, es fundamental a la hora de inicial cualquier movimiento revolucionario, pero hay que advertir que todo eso no es más que un medio, y que tratar de convertir...

En torno a... "La filosofía de la nueva música" de Th. W. Adorno... 4

4. Variación II Lo que la música radical conoce es el dolor no transfigurado del hombre. Th. W. Adorno No situamos de lleno en la relación entre el sujeto moderno y la sociedad industrial. Debido a que, como hemos visto, la relación es cada vez más contradictoria, o sea, el alejamiento entre los momentos heterónomos y autónomos es cada vez más exacerbado, el reflejo de semejante situación parece que no puede ser otro que el de la soledad del individuo representada por su angustia. A este tipo de dialéctica exacerbada le llama Adorno “dialéctica de la soledad”. El sujeto se siente alejado de los dos polos; por un lado, el polo homogéneo, representado por la “gran masa”, sumergida en el mundo de los “mass media” y cada vez más dividida -¿diluida?- en torno a los “procedimientos basados en la división del trabajo”; por otro lado, el polo heterogéneo, representado por las relaciones de producción capitalistas. Hay que tener en cuenta que ese sujeto desacoplado, utilizando ...

Prolegómenos para una lucha de clases... 4: La Aristocracia (y b)

La verdad desesperanzada no nace ante una obstinada adversidad, ni en el agotamiento de una lucha desigual. Proviene de que no sabemos ya nuestras razones para luchar o, precisamente, si debemos luchar. Albert Camus Podemos seguir rastreando la esencia del comportamiento aristocrático en un ejemplo patológico, el “síndrome de Estocolmo”. Señalamos, dentro de un punto de vista estrictamente descriptivo -así que no entramos en asuntos médicos, éticos, políticos, etc.-, que este síndrome es un claro ejemplo de comportamiento aristocrático en el que se exalta el movimiento de supervivencia, donde se impone la necesidad de vida sobre todas las cosas. Tanto el rehén como el secuestrador, se unen para intentar sobrevivir a toda costa. Se trata de dos vidas amenazadas. No importa de donde viene esa amenaza. Evidentemente, la amenaza del secuestrador viene de la sociedad, es un ser marginado, mientras que la amenaza del rehén es el propio secuestrador. Pero ambas vidas,...

Prolegómenos para una lucha de clases... 3: La Aristocracia (a)

Consideramos oportuno, ya que el Papa Francisco quiere recuperar la bandera de los pobres para la Iglesia cristiana, también nosotros, desde la perspectiva de la lucha de clases, hacernos con el poder de la bandera de la aristocracia. Así, aseguramos que la lucha de clases, lejos de ser un movimiento nivelador, homogeneizador, representa su contrario, es jerárquico y heterogeneizador. Es una lucha que tiende a la vida, a la supervivencia, a la creación de nuevas posibilidades, en definitiva, de pluralidad creativa. Así lo pensaba Nietzsche, a pesar de su ambivalencia, razón por la cual resistió muy poco al movimiento de apropiación de las fuerzas reaccionarias. Para él, el movimiento vital es aristocrático, heterogéneo, mientras que la entrega a la muerte es plebeya, homogénea -“polvo eres y en polvo te convertirás” (GEN 3:19): La casta aritocrática ha sido siempre en comienzo la casta de los bárbaros: su preponderancia no residía en su fuerza física, sino en la psíq...

En torno a... "La filosofía de la nueva música" de Th. W. Adorno... 2

2. Variación I Lupasco, en su libro Las tres materias , distingue, frente a la materia microfísica, otros dos tipos, la macrofísica y la biológica. La materia microfísica se caracteriza porque todo acontecimiento se puede presentar en forma de corpúsculo o en forma de onda, es decir, “el acontecimiento participa de los valores de discontinuidad que presenta la noción de corpúsculo y de los valores de continuidad que presenta la noción de onda”. Este hecho hace que esos dos valores, aunque contradictorios -¿cómo podemos decir que una cosa es y no es a la misma vez?, ¿en qué quedamos, es continuo o discontinuo?- no se puedan separar. Es así que si yo pretendo analizar un átomo y todos sus elementos como si fuera un corpúsculo nos encontramos que cada vez encontramos mayores dificultades para “localizarlo” como corpúsculo. De la misma manera, si pretendemos estudiarlo como onda nos encontramos con que, cada vez que intentamos acercarnos más es él, su comportamiento es el de u...

En torno a... "Filosofía de la nueva música" de Th. W. Adorno... 1

1. Introducción Hay juicios que por su grosera verdad comprometen a quien los formula . Doctor Faustus Hablábamos en una anterior entrada sobre la dialéctica . Decíamos, utilizando la terminología de Lupasco, que la verdad es una contradicción, es decir, que todo momento de actualización está sustentado sobre la potenciación de su contrario. Es así que, para Adorno, y en relación al radicalismo de la música vanguardista, la nivelación más salvaje que se lleva a cabo con la música comercial se sustenta gracias a su momento negativo, la heterogeneización de la sociedad, o sea, la exacerbación de la contradicción entre clases. La nueva música que surge en el siglo XX se sitúa, en el seno de la sociedad, ante lo que podríamos llamar la máxima tensión, o alejamiento, entre las dos fuerzas dialécticas, los dos polos de todo movimiento dialéctico, la heterogeneización -la libertad creadora, el imperio de lo disposicional- y la homogeneización -la necesidad de seguir u...