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Mostrando entradas de 2016

De decantaciones y desbordamientos...

Como venimos diciendo, el lugar del antagonismo social fundamental es el reino de las necesidades privadas y se sosti ene a través de un tipo de organización social de producción concreto. En un segundo momento, ese antagonismo social fundamental se desborda, decanta, en los demás niveles de la sociedad, el cultural, el estético, el religioso, abriendo la dimensión de lo público. Y la forma en la que se da ese desbordamiento/decantación es lo que llamamos lo político. Pero, la pregunta que se nos plantea es la siguiente, ¿cómo, y en qué sentido, una cuestión económica, que se refleja a través del antagonismo fundamental, puede dar lugar a ese espacio de lo político? En primer lugar, habría que diferenciar dos sentidos de lo económico. Por un lado, (1) lo económico haría referencia al hecho de que el hombre es un ser menesteroso, un ser obligado a satisfacer unas necesidades, en fin, un ser que necesita de un hogar; y por otro lado, (2) lo económico haría referencia a la cadena ca

Qué entiendo por república

Antes de empezar me gustaría detenerme un poco en el aspecto etimológico del término. El término república viene del latín, de res- (que significa cosa) y pública (que concierne a todos los ciudadanos, a lo común). En definitiva, la república trata de los asuntos que incumben a todos las personas que integrarían una comunidad política. Por extensión, la república sería el sistema político que se fundamenta en los aspectos comunes a todos los ciudadanos sin distinción de clases. La cosa pública, por tanto, implica ciertas ideas, y en esto seguimos a los ideales de la revolución francesa, de libertad, igualdad y fraternidad. Lo común se sostiene, sin duda, gracias a un marco legal de carácter universal o general. El ciudadano, bajo la república, no se somete a otra persona concreta, sino que se entrega a la ley. El gobierno de la república significa, por tanto, el gobierno de la ley. Pero, ¿dónde queda el ámbito privado? Para llegar a lo privado vamos a dar un pequeño rodeo

De Adorno a Lukâcs, y vuelta, pasando por Shostakovich

De Adorno a Lukàcs, y vuelta, pasando por Shostakovich Si algo me ha sorprendido en estos años de lectura de la obra estética de marxistas como Lukàcs y Adorno es la poca relevancia que tenía la música de Shostakovich. En Lukàcs la cosa es perdonable. En su voluminosa e inacabada Estética deja bien claro que lo suyo no es la música. Pero en Adorno, para los que amamos la música de Shostakovich, puede resultarnos extraño. Bien es cierto que sobre gustos no hay nada escrito, pero más allá de esto, y sabiendo que Adorno cuando hablaba de música, que ha sido mucho y con fundamento, lo hacía desde el punto de vista del teórico-crítico y no como un vulgar aficionado a deleitarse con los sonidos y sus armonías, vamos, lo que en términos decimonónicos se llamaría diletante , sería conveniente pensar, siempre aplicando nuestro método, el porqué de dicha ausencia y, si somos capaces, de considerar la posibilidad de que el mismo Shostakovich nos pueda aportar alguna solución a las antinom

La contradicción fundamental

¿A qué nos referimos cuando hablamos de la contradicción fundamental que pone en funcionamiento un cuerpo social concreto? ¿Por qué esa contradicción, en una época como la nuestra, es la contradicción del Capital? Según Sohn-Rethel, esa contradicción está basada en la división entre trabajo manual y trabajo intelectual, la división entre mente y mano. Pero, ¿cómo se genera esa contradicción? En otras palabras, ¿en qué se apoya esa contradicción? En un objeto cualquiera, que en el caso del capitalismo es el dinero, la moneda. Es sobre ese objeto o cosa llamada dinero sobre la qué se articularía la diferencia entre trabajo manual -que lleva parejo el valor de uso- y el trabajo intelectual -que acompaña a lo quue llamamos valor de cambio. Esa contradicción se hace dialéctica en la acción propia del intercambio de mercancías entre sujetos. El dinero, como mediador, hace posible que un objeto, con cierto valor de uso -digamos una manzana-, pueda ser intercambiado teniendo en cuenta

Apuntes dialécticos: Multiculturalismo y su reverso, el fundamentalismo

Apuntes dialécticos: Multiculturalismo y su reverso, el fundamentalismo Unos de los reproches más destacados a la sociedad actual postmoderna vienen de la mano de los ataques de los fundamentalistas religiosos. Europa, se dice, está dejando atrás sus raíces y, en su apertura a otras culturas, está viendo como su mundo está entrando en un vertiginoso declive moral, político y social. Y los Otros, que no entienden de toda esa cultura liberal-democrática que nos hemos ido labrando a lo largo de tanto tiempo, aprovechan esa apertura para lanzar un ataque demoledor. Nosotros, desde el punto de vista dialéctico, nos vemos tentados a pensar en el carácter complementario del “multiculturalismo” y el “fundamentalismo religioso”, entendidos como reflejos de una contradicción fundamental, la del Capital. Pero, ¿en qué medida son complementarios el “multiculturalismo” y el “fundamentalismo religioso”? Como las dos caras de una misma moneda, uno representa el anverso y otro

Sobre profesiones, el capital y el prójimo

Desde el punto de vista del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, el análisis de las profesiones nos puede servir para descubrir el modo en el que actúa la contradicción fundamental de una sociedad cualquiera. En este caso, hoy nos centraremos en la del “periodista”. Podemos decir, sin meter mucho la pata, que esta profesión es de las más modernas, si las comparamos con la del “maestro”, la del “albañil”, la del “herrero”. El periodista es una profesión actual y, por ello, muestra su especial vinculación con la época histórica que la ha promovido, la modernidad, y en términos económicos, sería el capitalismo, el fenómeno más moderno, el que pondría las bases materiales para que se desarrollase dicha profesión. Pero sería injusto por nuestra parte considerar esa relación como una relación cómplice: el periodismo no surge para servir al Capital, sino que las condiciones materiales que impone el Capital son las que hacen posible el periodismo tal como hoy en día lo con

En torno a... "Cry Baby" de John Waters

En torno a... “Cry Baby” de John Waters Una historia de la América de los años 50, de los rebeldes 50'. Por aquellos años fue tendencia las películas sobre delincuentes juveniles. Quizás la más destacada fue Rebelde sin causa. La justificación de esta moda puede atribuirse a los cambios sociales que se estaban produciendo en aquellos años justo después de la segunda guerra mundial. Por esa época parece vivirse con especial intensidad la lucha entre dos diferentes modos de entender las relaciones con el Otro. Por un lado, la tradicional, de carácter conservador, basada en creencias religiosas o valores tradicionales y con unas normas muy “clasistas”, y por otro, la liberal, más moderna, que emerge sobre esta y que se siente atrapada, confiscada, por unas normas obsoletas que impiden el movimiento creativo del propio sujeto. El argumento es bien sencillo, los conflictos entre dos clases que luchan por la hegemonía. Pero, ¿por qué esa misma temática en los años 90'

Encuentros con el Otro...1

ENCUENTROS CON EL OTRO (Reflexividad del pensamiento: capacidad del pensamiento de volverse sobre sí, es decir, a la hora de pensar sobre el Otro, lo que se piensa es sobre Uno mismo.) Pensemos que un Otro realiza una declaración sobre mí mismo (el Yo en adelante) del tipo: “te cambio el trabajo y verás como no tendrás tantas ganas de leer”. Esta afirmación es contrarrestada por el Yo con esta otra: “si no te conociera entendería tus palabras como el fruto del resentimiento”. El Yo, al incluir el “resentimiento”, ya está imponiendo una forma concreta a la afirmación del Otro, a una afirmación que, de por sí, puede ser vaga o inocente, es decir, que no lleve aparejada el resentimiento del sujeto que la enuncia. Entonces, ¿por qué hace daño la afirmación del Otro? Hace daño en la medida de que el que la recibe, el Yo, es ya un sujeto resentido, pero ese resentimiento no es afirmado (confesado) por el propio sujeto, sino por el Otro. Es decir, es a través de l

Campeonato de España de Marcha en ruta 50 km: Puerto de Motril 2016

Con Rodrigo, con el que me gustaría competir más a menudo... Décimo 50 km de diez intentos. He tenido años malos, años mejores, pero estos tres últimos 50 han sido especiales. No son las mejores marcas, pero son las marcas más emotivas. Ayer tocaba tener paciencia, llegar, no siempre salen las cosas como uno quiere, en el momento que uno quiere... y entonces... tenemos que pararnos a pensar. ¡No actúes, piensa!, esa es la máxima. En este último mes reflexionaba sobre el carácter relacional de los sentimientos. Siempre aplicando la dialéctica, descubrí que cuanto más seguridad y confianza era puesta en juego por un sujeto (nivel de actualización), más se potenciaba el miedo al fracaso. Este año ha sido uno de esos. Desde que me enteré que Motril sería sede del nacional, y no sólo eso, de que volvían los ansiados 50 km al calendario, todo en mí ha sido sobrepujar para e se 28 de Febrero, por eso he sentido más miedo que nunca. Es importante advertir la relación que se establece

Una de dialéctica... (lo que da una tarde de conversación)

¡UNA DE DIALÉCTICA! “ Desde el punto de vista reaccionario, están libres de culpa, pero serán castigados. Desde el punto de vista revolucionario, son culpables, pero serán perdonados ”. Rafael Ballesteros García (Facebook: 8/02/2016) Ya venimos insistiendo en el carácter dialéctico del hombre. Como sujetos, estamos marcados por una contradicción elemental que, si bien por un lado, es la fuente de todos nuestros males, por otro es la que posibilita la propia humanidad. El hombre es un ser problemático, y sin problemas dejaría de serlo. Pero no sólo eso, esa contradicción fundamental viene reflejada por el despliegue de dos dimensiones que venimos en llamar “la comunidad” y “la ley”. Estas dimensiones están, como no, encarnadas en el propio sujeto, el sujeto que se viste y se calza, es decir, que no se hayan en ningún más allá -en ningún mundo de las ideas o lo que llamamos el idealismo trascendental-, ni más acá -ni inscrito en nuestros genes o lo que llamamos d