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Mostrando entradas de 2012

Penúltimo del año...

Miniaturas... 11

Uno de los grandes inventos del Capital es la Derecha y la Izquierda, políticamente hablando. Tanto una como otra son el reflejo de la separación brutal entre lo público y lo privado. Ocioso recordar que la derecha representa la bandera de lo privado, mientras que la izquierda la de lo público. Mientras el Capital campea a sus anchas, la separación entre lo público y lo privado se acentúa. Por el contrario, cuando este mismo Capital se somete a una sofisticada reactualización, piénsese en nuestra transición española, la izquierda y la derecha se dan la mano, nacen los pactos de Estado.

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Pulp Fiction sigue dándonos lecciones ejemplares. Hoy toca la multiculturalidad desde la perspectiva del Occidental, esas pequeñas cosas que nos hacen tan diferentes a los Otros. Es la idea de autonomía postmoderna, la de las pequeñas diferencias que mantienen una brutal separación, segregación. ¿Qué se esconde detrás de la mayonesa? ¿No es el hombre unidimensional marcusiano? Supom

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Leo esta noticia y me acuerdo de otra. Hace noventa años Joaquín Turina, con motivo del concurso de cante jondo que Falla organizó junto a García Lorca y otros, le preguntaba al autor de El Amor Brujo con sorna: "Estoy completamente desorientado. ¿Crees tú que eso [el cante jondo] procede de la India? ¿Estaremos haciendo el indio? "

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Hace unas semanas me levanté con esta pregunta: ¿visitantes escesivos? . Sobre la masa se ha escrito mucho y bien, a este respecto yo siempre me acerco a nuestro Ortega y su rebelión. En cualquier caso, lo que se pone de manifiesto en estas aporías que plantean los circuitos de alta cultura es la insuficiencia del paradigma con el que la sociedad actual se maneja: la propiedad. Y hablamos no sólo de la propiedad individual, sino de la colectiva, dos versiones, una de derechas y otra de izquierdas, dos caras de la misma moneda: la propiedad, el valor de cambio... ¡El Capital!

¡Autonomía!... y 4

La cuestión es que no queremos renunciar a la autonomía del arte pero vemos como necesariamente la obra de arte no puede permitirse el no intervenir en el contexto socio-cultural en el que estamos inmersos. Pero esa intervención no consiste en decir simplemente lo mal que están las cosas, como hoy en día nuestros "representantes culturales" hacen desde sus cómodas poltronas. El Capital, que todo lo puede, es capaz de dejarles, ¡ah! esos representantes, un lugar propio dentro de la maquinaria propagandística para que ellos protesten y den rienda suelta a sus ideales y todo siga igual. Ciertamente, ante esta situación, la mayoría nos encontramos ante cierta impotancia a la hora de hacer frente a los problemas que nos abruman. Se supone que herramientas como la huelga y otras expresiones al uso son los modos de poder revindicar nuestra autonomía artística cuando vemos que está siendo acosada o neutralizada por estamentos ajenos. Quizás convenga seguir la reflexión por esto, por

¡Autonomía!... (continuación)... 3

Resumen de lo tratado:  El Capital estimula en el mundo del arte, y no sólo en el arte, un tipo de autonomía centrada en la cosificación de cualquier cosa que pueda ser vendida y comprada como objeto artístico, y como parece demostrarse con el paso de los años, absolutamente todo parece, en potencia, ser considerado un objeto artístico. Es el mismo Capital, para limitar la siempre inevitable violencia antropológica que subyace en todo acto de cosificación, el que incorpora una especie de corrección, la ética del "tú debes", que actúa a la manera de cualquier seguro de vida que va unido a una hipoteca. Continuación: Hoy este tipo de autonomía ha devenido inviable. No hay ética del "tú debes" que logre solucionar la ejemplar desigualdad entre el desorbitado precio de un cuadro de Rothko y la inapetencia cultural de la juventud actual, sobre todo cuando las políticas de culturización a base de talonario han resultado, cuanto menos, inviables, por no decir cata

¡Autonomía!... pero Tirso, ¿que te he hecho yo para que me des esta tabarra?... 2

El capital necesita de "tús", de individuos concretos autónomos, de números. Por eso siempre me he mostrado disconforme con los que dicen que la música es matemática -¡estos pitagóricos! El Capital necesita de ti, de mi, de todo lo que pueda consumir y lo que pueda consumirse, porque uno mismo consume y es a la vez objeto de consumo, de ahí lo pornográfico del asunto del Capital. Entonces, ¿el arte debe renunciar a la cacareada autonomía? ¿Es necesario que el artista se someta a una autoridad moral superior a la que sus obras se deber rendir, o en términos más estéticos, ser reflejo fiel de una ética asumida como dogma de fe? El problema del tú debes, como ya he dicho antes, es que implica a alguien que actúa como el Yo ordenante, y en este caso, ese yo, para que el invento no se venga abajo, debe asumirse de manera axiomática. Así, muchas veces, sabiendo que ciertas cosas no son verdad, actuamos como si éstas lo fueran. Esto es el Capital: tú sabes que no es tan bonito

¡Autonomía!... del arte, por supuesto... 1

Quizás uno de los grandes del arte en la modernidad haya sido para alcanzar su propia autonomía con respecto a otras facetas o ámbitos de quehacer humano, como la moral, la política. Como dice Furtwängler esta mañana , el arte no tiene que ver con los mercados, la democracia, el comunismo, el FMI, el IVA, las políticas de austeridad, etc.  La pregunta que nos hacemos después de escuchar las palabras de Furtwängler es la siguiente: ¿cómo desvincular todas estas circunstancias que rodean actualmente al mundo del arte de la propia obra de arte? A este respecto, ¿qué pueden pensar los músicos, los de atril, sobre la autonomía del arte cuando ven peligrar sus puestos de trabajo ? Pero hablar hoy en España de autonomía es sinónimo de meterse en líos, porque no sólo el arte busca la autonomía, sino hasta el propio individuo, pasando por la patria... Quizás convenga repensar el concepto de autonomía para ver si podemos salir de este atolladero. Y en primer lugar, deshacernos de cualqu

¿Ves el futuro? ¿No?... ¡Y mis cojones treinta y tres!

Pasa el tiempo y parece que seguimos en el mismo lugar. Hoy parece finiquitada toda posibilidad de ilustración, de un mundo mejor, donde primen las relaciones de libertad, fraternidad e igualdad entre las personas. El futuro, como la casa, hipotecado.  En esas estamos. Seguimos creyendo en el futuro, ese mesianismo que nos va a lanzar, por obra y gracia de nuestra naturaleza humana, más allá, a un paraíso terrenal. Y esa parece ser nuestra desazón, nos dejan sin futuro . Pero conviene volver a plantearse el qué entendemos por futuro, si bien esa categoría, hoy tan en boca de todo el mundo, no es más que una palabra huera, un pasatiempo, un "mira ese elefante volando". El futuro: el vacío, la mierda, pero eso depende del estado de ánimo, porque ambos adjetivos remiten a lo mismo, a una misma sustancia amorfa. La fisiología de la palabra futuro, su absoluta negatividad, se muestra en el propio uso que se hace de ella. Como la plastilina, puede ser modelada al antojo de

¿No vas a la huelga?... No, si ya va mi representante

Como dice mi amigo Antonio, uno ya no sabe en que bando está, si con los indios, si con los americanos. Ni unos ni otros parecen merecer esa otrora simpatía o empática condescendencia. Y es que en la actualidad, la crisis de la representatividad ha llegado a cotas antes insospechadas: ni el dinero representa la riqueza, ni los políticos a sus votantes, y que decir del arte, ¡ah el arte!, ni la obra de arte representa ninguna realidad. Pero, lo que son las cosas, cuanto más se afana la realidad en mostrar que esa representatividad es un vulgar muñeco de paja, vacío, mera apariencia, el periodismo sigue "dale que te dale" con lo mismo: que si los representantes de esto dicen,  que si las personalidades de aquello nos aconsejan. Hoy son los representantes de la cultura los que nos piden que secundemos la huelga. Bien. Se me puede reprochar que es el propio diario el que incorpora ese sesgo, vamos, la muletilla de "los representantes de la cultura", y que vete tú a

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Diccionario para músic os pobres Mecenazgo:

No se si me entiende... me importa un carajo

Leyendo un artículo sobre el qué supondría el hallazgo de la partícula de Dios me ha venido esta anécdota sobre Shostakovich. Esto ya lo conté otro día, pero merece la pena copiar y pegar: Oliver Sacks en su E l hombre que confundió a su mujer con un sombrero , cuenta que una de sus pacientes estaba afectada por una extraña dolencia. Oía melodías prevenientes de su cabeza. Sacks continúa de esta manera:  " Un mes después de que yo viese a la señora O'M. salió un artículo en el New York Times titulado «¿Tenía Shostakovich un secreto?». El «secreto» de Shostakovich, se decía (lo decía un neurólogo chino, el doctor Dajue Wang), era la presencia de una esquirla metálica, un fragmento de bomba móvil, en su cerebro, en el cuerno temporal del ventrículo izquierdo. Al parecer Shostakovich se mostraba muy reacio a que le extrajesen aquella esquirla: Desde que tenía alojado allí el fragmento, decía, cada vez que inclinaba la cabeza hacia un lado podía oír música. Tenía

¿Eres ateo? No me jodas, tu eres un friki

Hace tiempo que los ateos han dejado de ser un problema para la iglesia. Las críticas a la religión de los Feuerbach o Marx, entre otros, parecen haber pasado de moda o, cuanto menos, han dejado de ser tan relevantes como en su día. En cualquier caso, como muestra el ¿descubridor? o ¿inventor?  del bosón -no me queda claro esto-, parece que el ataque a lo sagrado, a la religiosidad de la vida, viene por otro lado: la secularización, en la forma políticamente correcta de no mezclar las churras con las merinas. La ciencia actual, como el arte, parece asumir a pies puntillas la tesis de Yukuhama del fin de la historia, o sea, del fin de las ideologías. Y es que, una vez muerto Dios y finiquitada la versión teosófica para "comunistillas" del socialismo realmente existente, los diferentes ámbitos de la vida humana parecen renegar de ese plus de religiosidad o metafísica. Es lógico que Higgs se sienta ruborizado ante el paso por la pila bautismal de su bosón . Pero ese gesto,

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Hablábamos sobre el juego en el contexto de la obra de arte. Lo que nos diferencia de la animalidad, y por extensión, todo el mundo natural, es nuestro nivel de reflexibidad. Somos seres pensantes y ello nos obliga a tomar decisiones sobre el camino que queremos tomar. Si en los animales este “a dónde” ya está determinado en su propia “genética”, en el hombre ese “a dónde” tiene que ser pensado. Es por ello que cualquier actividad humana, no sólo la del trabajo, venga aparejada de una especie de plusvalía. Ciertamente, no sólo trabajamos para mantenernos vivos, en el sentido de obtener alimento y el resguardo necesario contra la climatología adversa y los depredadores, sino que hay un algo más, algo que dignifica al hombre, un direccionalidad, un rumbo, un fin. En términos éticos, esa dirección sólo puede alcanzarse por medio de la virtud. Lo contrario de esta, el vicio, consistiría en obviar la imperiosa necesidad de tomar partido, en definitiva, el encanallamiento.

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Seguimos con Tarantino y su tratamiento de la crueldad como espectáculo: Cuando se ponen en cima de la mesa todas las cartas lo más sencillo es mirar para otro lado. El cuento de la rata y la ardilla muestra muy a las claras como funciona nuestra psiqué , la humana me refiero. El asesino asume esta verdad como parte de su naturaleza, mientras que los más la escondemos en lo más profundo de nuestro ser -lo sagrado asoma de nuevo- (¡Uf, que esto es una miniatura!). Pero como el amor, espera ahí escondida... Esto ya lo dije otro día, hace tiempo...   Invención 11 Ves, esa es la llama De nuestro fuego. Está dormida, allá En la penumbra, Y aguarda ansiosa Ese viento fuerte Que la avive O la apague Para siempre.

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Dice José Ovejero, premio Anagrama de ensayo , en una entrevista en el programa -"quitao de'n medio"- Carne Cruda de Radio 3 , que las películas de Tarantino son un ejemplo de tratamiento de la crueldad como espectáculo.  Veamos un ejemplo: Pistola en mano, resumimos: El malo es el Otro. El malo es la sociedad. El malo soy yo. Esto da que pensar...

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Muchas veces conviene quedarse quietecito, nunca se sabe lo que se esconde en ciertos tipos de exhibiciones. La sociedad capitalista actual gusta de que el personal se posicione. ¿Ante qué? Me temo que en todo este asunto pone encima de la mesa "el miedo" al Otro. Ciertamente, somos una sociedad miedosa, por eso necesitamos que el Otro ocupe un lugar, para poder tomar medidas, para poder tomar distancia, sobre todo en un ¡vestuario masculino!. Es el amor al prójimo multicultural. También es un pretexto para no sentirse culpable. Mientras que los energúmenos encuentran "el blanco" perfecto para desatar su odio, los miedosos despliegan el típico paternalismo tolerante: "todos somos iguales". Bien, si todos somos iguales, ¿dónde está el imperioso interés en que el personal salga del armario?

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En cierto modo, a nuestros políticos actuales, fieles defensores de la democracia representativa, les sucede lo mismo que a los personajes de la película de Buñuel, el ángel exterminador. Tanto llenarseles la boca con lo de la fiesta de la democracia que al final terminan no sabiendo como salir de ella, de transcenderla. Mientras, se consumen, se corrompen, se encanallan, se envilecen... Pero, ¿qué hay detrás de la democracia, representativa en nuestro caso? El vacío, la nada. En este sentido, el eslogan "democracia real ya" también carece de sentido, porque trae a la realidad lo que nunca puede ser real. Sí bien ponen en un primer plano la necesidad de traspasar aquella puerta, la que no son capaces de traspasar nuestros políticos.

Sobre la libertad... como imposibilidad (boceto)

--> Básicamente se puede entender la libertad de dos formas distintas. Por un lado, la libertad es algo que nos pertenece por el hecho de ser seres humanos. Así entendida, la libertad del sujeto está por encima de todo, ya sea el Estado, la ley o cualquier tipo de institución comunitaria. En este sentido, si para algo sirven todos estos estamentos social-comunitarios es para salvaguardar esa misma libertad contra los que atentan contra ella, contra la libertad de otros sujetos. Por otro lado, la libertad, lejos de ser algo que nos pertenece desde que venimos al mundo, la vamos consiguiendo según obremos, de tal manera que si somos capaces de asumir la tradición en la que estamos insertos conseguiremos adquirir cierta cuota de libertad. Es así que los sujetos que mantienen una disputa constante contra el poder establecido se sientan constantemente privados de libertad. Estas dos formas se caracterizan por entender la libertad como positividad, en el sentido de que e

¡El apocalipsis!, ¡el apocalipsis!... del arte, por supuesto

 Atención, entrada no recomendada a pesimistas Cinco historias y un mismo patrón: Atención, riesgo de amnesia Al mejor postor   Empujados al abismo   Cuando el futuro está en peligro Creatividad ante el desafío   Y ahora una analogía en forma de teatro con: Luis Batacanes en el papel del museo actual. San Pedro en el papel de San Pedro.

Usos del pesimismo de R. Scruton... (Sobre la falacia de los nacidos en libertad)

Seguimos con la discusión sobre el estatuto ontológico de la libertad. ¿Qué son primero, las instituciones o el individuo? ¿Nacemos libres, independientemente de las leyes hegemónicas, o no, luego el asumir esas leyes es condición necesaria para poder obtener nuestra libertad? Quizás comience a partir de una simplificación bastante forzada, pero me remito al libro de Roger Scruton, Usos del Pesimismo , y más concretamente a su capítulo 3, sobre la falacia de los “nacidos en libertad”. Para Scruton, gran parte de los problemas de la sociedad actual, de nuestra Europa más concretamente, proviene de haber asumido a pies puntillas la idea rousseauniana de que la libertad del hombre es lo que queda cuando retiramos todas las instituciones, restricciones, leyes y jerarquías. Según él, esta idea ha ido poco a poco ganando peso en la política, en la educación, en la filosofía del arte, y es una de las causantes del estado crisis política, económica y moral que invade a Europa en la act

Aproximación estética a lo políticamente correcto... 2

Comienza W. T. Adorno su Teoría Estética (Madrid, Akal, 2003) con la siguiente frase lapidaria: Ha llegado a ser obvio que ya no es obvio nada que tenga que ver con el arte, ni en él mismo, ni en su relación con el todo, ni siquiera su derecho a la vida (pg. 13) . La crítica del arte parece haber asumido a pies puntillas esta afirmación , y parece olvidar la imperiosa necesidad de tomar partido. Lo políticamente correcto se mueve en este ambiente de laissez faire que tanto le gusta al neoliberalismo económico. No es de extrañar, por tanto, que en una sociedad dominada por las políticas neoliberales, dichas políticas queden reflejadas en los demás aspectos de la vida humana. No es cuestión de hacer una reducción economicista de la realidad social a la manera de decir que el huevo fue antes de la gallina, más bien queremos intentar relacionar los diferentes medios, tanto económico, estético, político y ético, donde se desenvuelve el sujeto. Desde el punto de vista estético, lo po

Aproximación estética a lo políticamente correcto... 1

¿Qué tienen en común las declaraciones del ministro Wert, las del juez Pedraz y las pintadas de Umamets en el cuadro de Rothko expuesto en la Tate? Pues que son atentados contra lo políticamente correcto.  Pero, ¿qué es la corrección política? Si seguimos la definición de Anthony Browne aportada por Luis M. Linde en Revista de libros , nº 179 - noviembre 2011, es una ideología que clasifica a ciertos grupos de personas como víctimas que necesitan protección. Esta ideología, como dice Lapied en La ley del más débil, exige hallarse siempre al lado del más débil, ya sea el depauperado estado español, la sometida nación catalana o el indescifrable cuadro de Rothko. Evidéntemente, desde estas premisas, la corrección política no puede ser considerada un invento exclusivo de la izquierda progresista tal como apunta el profesor Linde en el citado artículo, y menos aún de los filósofos de la escuela de Frackfurt. Tanto la izquierda como la derecha hacen uso de semejante estrategia con vistas

¿Un secreto a voces…? ¡Que hablamos de arte, cretino!

Hablaba de lo sagrado y lo profano. Una de las características de nuestra modernidad es la pérdida del universo de sacralidad. No se sabe qué es lo sagrado, ni qué es lo profano, o sea, lo que no podemos hacer, usar y  decir, y  lo que sí podemos. Hay una especie de todo vale, de secularización de la vida. Pero, ¿es posible la secularización total ésta? Bien es cierto que seguimos encontrando signos de religiosidad, pero se trata de una religiosidad restringida, fragmentada. Un ejemplo es la política. Hace tiempo que la política se convirtió en un coto privado, en una religión privada, la que reproduce la “casta política”. Estamos hablando de que este tipo de religiosidad privada produce un vaciamiento de lo político en la totalidad de la sociedad. Este hecho ya venía de lejos.   Benjamin Constant lo resumió en su célebre discurso Acerca de la libertad de los antiguos comparada a la de los modernos : El peligro de la libertad moderna consiste en que, absorbidos por el disfrute de nue