Decía Paco Umbral sobre José Bergamín (1895-1983) que fue una “víctima de Ortega, como todos los ensayistas de la época, que se ve frustrado por el inmenso, quizás excesivo, magisterio del madrileño” [1] . Nuestra tarea es averiguar en qué sentido estas palabras de Umbral pueden darnos alguna luz sobre las ideas de Bergamín desarrolladas en el ensayo La decadencia del analfabetismo [2] , es decir, en qué sentido ciertas ideas de Ortega se hayan asumidas, consciente o inconscientemente, en Bergamín y, si fuera el caso, poder cuestionar la afirmación de Paco Umbral. Veamos pues. Ya el título del artículo de Bergamín nos puede suscitar un hecho importante que concierne a la propia modernidad Europea, y es la especial importancia que tiene la educación en nuestros pensadores ilustrados. El desarrollo del bienestar del hombre pasaba, inexcusablemente, por la alfabetización efectiva de las gentes, alfabetización que llevaba consigo la posibilidad de hacer un uso
Y mi amor fue tomando forma, igual que una sonrisa tímida.