5. Por todo lo anterior, es lógico que para Ortega el problema de España no sea un asunto ético, como pueda ser una situación de inmoralidad que afectaría al funcionamiento de nuestras instituciones. El problema, sería, más profundo y afecta a las tendencias aristocráticas o plebeyas de la propia nación. En este contexto, uno de los esfuerzo de Ortega en este texto es poner en claro el en qué consisten esas tendencias. Estas tendencias o energías, lejos de concretarse en clases sociales reales, actuarían de manera “transversal”, si se me permite el término, a través de cada una de las clases sociales que componen la nación. Así, si, como dice Ortega, “en España vivimos entregados al imperio de las masas” 1 , eso no significa que gobiernen las masas proletarias. Para él sucede todo lo contrario, en España hablamos de otro imperio, el “de las masas con mayor poderío: las de clase media y superior” 2 . Así, las clases que, en cierto modo, podemos considerar como aristocráticas, c...
Y mi amor fue tomando forma, igual que una sonrisa tímida.