La armonía, considerada como una doctrina que se ocupa de los acordes
y sus relaciones, ha tenido una historia brillante aunque breve. Esta
historia prueba que los acordes poco a poco abandonaron su función
directa de guía armónica y empezaron a seducir con los esplendores
individuales de sus efectos armónicos. En la actualidad, la novedad
armónica ya ha llegado a su final. Como medio de construcción musical,
la armonía no ofrece recursos que merezca la pena estudiar y explorar. El
oído contemporáneo precisa de un enfoque completamente diferente de la
música. Una de las características de la naturaleza es que a menudo nos
sentimos más próximos a generaciones distantes que a la que
inmediatamente nos precedió. Por consiguiente, los intereses de la
generación actual se dirigen hacia la música anterior a la "época
armónica". El ritmo, la polifonía rítmica, la construcción melódica o
interválica son los elementos de la creación musical que hay que
explorar hoy día. Cuando yo digo que aún compongo "armónicamente"
utilizo esta palabra con un sentido especial que no tiene nada que ver
con las relaciones de acordes.
Robert Carft, Conversaciones con Igor Stravinsky, Madrid, Alianza Música, 1991, pg. 156
Quizás W. T. Adorno fue demasiado injusto con Stravinsky. Pensaba el baluarte de la escuela de Frankfurt que el compositor de "La consagración de la primavera" fue poco honesto con su tiempo. La música, como el arte, debía ser reflejo fiel del mundo del que surgía y éste, el mundo capitalista avanzado, se caracterizaba por la negación total de toda humanidad. La música, pues, debía ser reflejo de esa extrema desazón, de esa brutal fragmentación social, tanto interna como externa, que sufría el individuo moderno inmerso en el siglo XX. El compromiso de Stravinsky, por supuesto, no iba por esos derroteros: ¿qué tiene que ver la velocidad con el tocino?, se preguntaría.
Evidentemente, muy alejado de las cuestiones metafísicas, Stravinsky comenzaba a articular nuevas poéticas, nuevos modos de hacer música que sobrepasasen las evidentes limitaciones de una poética, la clásica, que había perdido toda grandeza. Al igual que a cualquier ser humano le llega su muerte, la armonía dejó de ser el eje funcional de toda composición musical.
Quizás unos de los autores que encarnan las estimulantes propuestas stravinskyanas es Conlon Nancarrow. Su Estudio nº 3, exquisito:
Quizás unos de los autores que encarnan las estimulantes propuestas stravinskyanas es Conlon Nancarrow. Su Estudio nº 3, exquisito:
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