La música, como arte de los sonidos, ha mostrado, o muestra, muchas facetas que, a lo largo de la historia, unas veces salen a la luz y otras se ocultan. Melodía, armonía, ritmo, timbre, si me permitís tal generalización , son aspectos que, ostinadamente , han tenido en alguna que otra época su momento de gloria. En esos momentos, una faceta particular parece oscurecer a las demás. En este sentido, una vez consumado el momento de la armonía que dominó brillantemente todo el clasicismo con Mozart a la cabeza, el siglo XIX , poco a poco, iría encumbrando al timbre. Se empieza a hablar con insistencia de la capacidad expresiva de cada uno de los instrumentos, de sus cualidades. Se buscan nuevos timbres, ya por ampliación de la tesitura de los ya usuales -clarinete/clarinete bajo, oboe-corno inglés, etc, ya por la utilización de nuevos instrumentos musicales, sean inventados -saxofón- o pertenecientes a otras culturas ajenas a la occidental. Por tanto, la instrumentac...