
¿Es posible escribir música española sin pisar España? En primer lugar, habría que dejar claro qué entendemos por música española, o qué es lo que entendía D. Manuel de Falla al respecto. Sin duda, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, y a la vanguardia de lo que se viene en llamar la conformación de los mitos nacionales, la tarea de los compositores españoles fue la de crear las bases para la creación de una música típicamente española. Y no sólo eso, por si fuera poco, esa música debía tener un alcance universal con capacidad de traspasar cualquier frontera. Encontramos, pues, los dos polos en los que la modernidad ilustrada parece articular sus formas de hacer, incluida su música. Por un lado, la singularidad de la comunidad en la que los sujetos están inmersos en una compleja red de relaciones y, por otro, la universalidad de la humanidad en la que los sujetos se sienten como seres únicos y autónomos.
Claude Debussy ha escrito música española sin conocer España; mejor dicho, sin conocer el territorio español, lo cual es bien distinto.

Por tanto, la música española de principios del siglo XX, más allá de sus características específicas, hablamos de las melodías, modos, ritmos y timbres desde una perspectiva etnomusicológica, aspecto muy cuidado por Falla, aspira a situarse en la vanguardia de la música Occidental, sobre todo a través de esa búsqueda de la universalidad entendida como autonomía y autodeterminación del sujeto que es capaz de superar las servidumbres de unas relaciones cosificadas. El compositor toma su "cultura", o cualquier otra, y la reelabora poniendo en práctica su buen hacer. Es por eso que no necesita "el documento popular auténtico", o sea, y utilizando terminología unamuniana, la letra, sino que se sirve de la palabra, es decir, "de la esencia [de lo popular] de sus elementos fundamentales".
Y es esto lo que D. Manuel de Falla parece descubrir en la figura de Debussy, a ese compositor capaz de haber encontrado la manera de articular esos dos momentos, singularidad y universalidad, en la particularidad de nuevas formas compositivas. Es en este sentido por el que sí es posible escribir música española sin conocer España, y más aún, sin pisar España.
Comentarios