Supongo que uno de los dilemas del realismo en la actualidad es la incorporación de lo subjetivo en el medio homogéneo de cada una de las artes. Pensemos un momento en el sujeto y la manera de darse a conocer.
Parto de la idea de que el ser humano no es una realidad acabada, completa. Si bien presenta aspectos formados, identificables, por otro lado hay zonas inconclusas, oscuras, no actualizadas o no asumidas como partes o elementos de la realidad. El realismo más sofisticado, ante la situación de dar cuenta del sujeto y encontrarse ante un ser parcialmente visible, parcialmente identificable, trata de llenar ese vacío proyectando en esa parte oscura del sujeto aspectos de la personalidad imaginarios. El objetivo es conseguir ver algo del todo imposible, la totalidad ontológica del sujeto.
Esa proyección asume, prima facie, la función de una búsqueda en lo más profundo del ser. En esto, aparecen en primer plano los recursos psicológicos, sociológicos, antropológicos tan en boga y que ayudan a explicar -ah, siempre explicar- el sentido del ser. Pero el propio sujeto de carne y hueso, se empeña una y otra vez en escapar de ese materialismo, de sobrepasarlo, de transcenderlo.
¿En qué sentido, pues, es posible el realismo?
Esa proyección asume, prima facie, la función de una búsqueda en lo más profundo del ser. En esto, aparecen en primer plano los recursos psicológicos, sociológicos, antropológicos tan en boga y que ayudan a explicar -ah, siempre explicar- el sentido del ser. Pero el propio sujeto de carne y hueso, se empeña una y otra vez en escapar de ese materialismo, de sobrepasarlo, de transcenderlo.
¿En qué sentido, pues, es posible el realismo?
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