
Podemos decir que unos de los engendros de la "modernidad" ha sido el de "las masas". El hombre moderno, como proyecto ilustrado, poco a poco va mostrando sus contradicciones que van salpicando el mundo del pensamiento. Nuestro Ortega, como pensador que ha sabido saltar al ruedo del mundo del pensamiento por su relevancia internacional, no harĆ” oĆdos sordos a estas problemĆ”ticas de carĆ”cter genĆ©rico o universalista que afectan a proyectos humanos no localistas, aunque sabrĆ” insertarlas, en el caso de EspaƱa, a problemas prĆ”cticos, es decir, a los quehaceres diarios de las personas en su circunstancia vital. Es aquĆ donde "el problema de EspaƱa", tan debatido en el siglo XIX, sigue aĆŗn vigente. Sin duda, Ortega tiene muy presente el trĆ”gico 1898 cuando EspaƱa pierde las Ćŗltimas colonias.
Pero volviendo al tema de las masas, segĆŗn Ortega, lo que caracteriza al hombre moderno es la cantidad de medios que dispone para hacer su vida mucho mĆ”s fĆ”cil, pero no sĆ³lo en el trabajo sino tambiĆ©n en el espacio dedicado al ocio. ĀæQuĆ© implicaciones tiene esto? Como dice Ortega: el fenĆ³meno tiene mĆ”s gravedad de lo que parece. Y es que tanta facilidad puede hacer a los hombres perder el horizonte de responsabilidad que no es mĆ”s que el mundo de la vida. La vida, para Ortega, es un continuo quehacer, un agenciarla, y es por ello que la libertad del hombre no se convierte en un simple ideal sino en una libertad trabajada.

El hombre masa se caracteriza por asumir todo lo positivo que nos va brindando la modernidad, pero obvia los sacrificios que conllevan o han traĆdo esos avances. Esta idea se encuadra en la tesis fuerte orteguiana del "yo soy yo y mi circunstancia". No podemos evitar el mundo que nos rodea, hacer caso omiso a las circunstancias que nos asaltan. Pero estas circunstancias debemos entenderlas desde un punto de vista holĆstico, omniabarcante y es por ello que no podemos olvidarnos u ocultar lo que trae consigo, lo bueno y lo malo, todo desarrollo tecnolĆ³gico, cientĆfico, social... El hombre masa, por tanto, es un hombre incapaz de asumir la realidad en todos los sentidos, tanto lo positivo y lo negativo. Esto se manifiesta a la hora de tomar decisiones vitales. El hombre masa, evita, pospone estas decisiones, pasa de largo ante el problema de la vida mirando para otro lado.
Frente al hombre masa se eleva el hombre aristocrƔtico, pero no en el sentido de nobleza de sangre, sino en el de aquellas personas que son capaces de asumir la vida, de guiarla, en un sentido pleno y no parcial.
Comentarios