¿Cuál es el problema de la música tonal que tanto ha dado que hablar a compositores y teóricos musicales en el siglo XX? Para Adorno (Sobre la música, Paidós, 2000) el problema podemos encontrarlo en que la música se suma al proceso de racionalización de la sociedad occidental, lo que supone un aumento del carácter lingüístico de ésta. La música se convierte así en un nuevo lenguaje capaz de expresar, de comunicar algo.
En este sentido, la música presenta una doble esencia. En primer lugar, como lenguaje, (1) crea su propio idioma, es el Sistema Tonal, entendido como esas normas más o menos rígidas que mantienen un significado independiente del sujeto aunque al mismo tiempo abierto a él.
No obstante, en la música sobrevive (2) la esencia de lo irracional, de lo mimético, pero ya no hablamos de una imitación, expresión, de lo colectivo, de lo comunitario, sino de lo personal. Esta expresión es la del sujeto, de lo que sucede en su propio interior.
Para Adorno, la crisis de la música actual es la generada por la propia relación entre esas dos esencias. En cualquier caso, encontramos que cierta música trata de dejar de ser idioma para ser expresión pura. Puede ser el caso de Schomberg. Mientras otros, negando cualquier capacidad expresiva de la música, se agarran a la idiomático. Aquí sale a la palestra Stravinsky (La poética musical, Acantilado, 2003).
Cabe preguntarse si hay más caminos. Ciertamente, muchos otros optaron por romper con en anterior dualismo. Los sonidos sufrieron, entonces, un proceso de vaciamiento, de deshumanización. Ya no eran ni medio de expresión ni elementos de un idioma concreto, sólo sonidos.
En este sentido, la música presenta una doble esencia. En primer lugar, como lenguaje, (1) crea su propio idioma, es el Sistema Tonal, entendido como esas normas más o menos rígidas que mantienen un significado independiente del sujeto aunque al mismo tiempo abierto a él.
No obstante, en la música sobrevive (2) la esencia de lo irracional, de lo mimético, pero ya no hablamos de una imitación, expresión, de lo colectivo, de lo comunitario, sino de lo personal. Esta expresión es la del sujeto, de lo que sucede en su propio interior.
Para Adorno, la crisis de la música actual es la generada por la propia relación entre esas dos esencias. En cualquier caso, encontramos que cierta música trata de dejar de ser idioma para ser expresión pura. Puede ser el caso de Schomberg. Mientras otros, negando cualquier capacidad expresiva de la música, se agarran a la idiomático. Aquí sale a la palestra Stravinsky (La poética musical, Acantilado, 2003).
Cabe preguntarse si hay más caminos. Ciertamente, muchos otros optaron por romper con en anterior dualismo. Los sonidos sufrieron, entonces, un proceso de vaciamiento, de deshumanización. Ya no eran ni medio de expresión ni elementos de un idioma concreto, sólo sonidos.
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