2. Intermezzo. Pero hoy en día, eso de creer en los dioses ya no se lleva, y el mito de Prometeo no puede significar más que una de las múltiples historietas que pululan por la red telemática. Hoy, siguiendo los comentarios de mi amigo Antonio Alcalá, la mayoría de la gente es pagana, ni agnóstica ni atea. Pagana, y les da igual Prometeo, Epimeteo “o el bombero torero…, ¡con todos mis respetos para el toro! ”, y en este sentido, no hay manera de que se haga patente, en otras palabras, se tome en serio, la realidad ontológica del hombre, su menesterosidad, su indigencia. El hombre es, tarjeta en mano… ¡¡¡el puto amo!!! En cualquier caso, como nuestro propósito no es caer de bruces en el pesimismo, conviene pensar la relación entre los dos tipos de poderes que, en cierto modo, son complementarios, porque es inevitable, en el hombre, que su vida se desarrolle en el contexto de unas instituciones, más o menos formales, más o menos poderosas, y que la vida de ese hombre en ...
Y mi amor fue tomando forma, igual que una sonrisa tímida.