Entendemos
por fase topológica a aquel momento de la lucha de clases en el que
los sujetos activos, o sea, la totalidad del cuerpo social, se ven
obligados a tomar posiciones, tanto de forma activa como pasiva
(tanto da el dejarte llevar que el ir por tu cuenta). La fase
topológica no es más que un movimiento de organización de las
fuerzas, de evaluación de posibilidades, que se inicia cuando
alguien o algo irrumpe en el devenir continuo de la sociedad. En ese
momento, “momento de verdad” según nuestra terminología, se
produce una especie de fisura, de irregularidad, que pone a prueba el
valor de las categorías en uso incorporando una nueva perspectiva
que será, o no será, la que inicie el proceso de lo que llamamos
transición ideológica. La fase topológica, en definitiva, coloca a
cada uno en su sitio. Queramos o no queramos, en la lucha de clases
no existen “metaposiciones”: o estás conmigo o estás contra mi.
Por
lo tanto, en toda fase activa de la lucha de clases encontramos tres
momentos irreductibles entendidos como puntos de vista de un mismo
momento histórico:
- Momento de verdad: punto de vista material, como por ejemplo, una crisis económica.
- Fase topológica: punto de vista subjetivo, como por ejemplo, la fuga de capitales en Grecia (ciertamente, esa clase social está tomando partido no sólo por lo suyo, sino por los suyos).
- Transición Ideológica: punto de vista objetivo, como por ejemplo, el momento en el que se reconsideran, se redefinen, términos como “democracia”.
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