- "La
contradiction est la sauvegarde de l'éternité"
Stéphane
Lupasco
Se suele considerar que la sociedad de hoy en día se caracteriza por su tendencia cada vez más intensa hacia la homogeneización, hacia la nivelación, lo que viene en llamarse hacia la tiranía de las masas. Esta tendencia, ya muy discutida cuando se dieron a conocer los primeros síntomas allá a mediados del siglo XIX, a la que le vamos a llamar, recurriendo a la terminología de Stephane Lupasco,
estado de actualización o, en términos causales,
causa eficiente, es determinada, o potencializada, por su contradicción, es decir, por una heterogeneización. Todo esto se resume en la fórmula sencilla y eficaz: "donde todo vale, nada vale". Así, el
estado de potenciación, el todo vale, la diferenciación más radical, sería la
causa final de todo proceso de actualización, es decir, que el mundo que percibimos tan homogéneo se sustenta sobre lo contrario, lo heterogéneo.

La importancia de este marco teórico para la lucha de clases es fundamental. En primer lugar, toda lucha, toda guerra, tiene que tener un componente estratégico, cierta teoría, cierto modo de proceder que haga efectivo una determinada actuación. Una lucha revolucionaria, pues, debe de dar cuenta cabal del movimiento dialéctico en el que está inmerso la sociedad. Cualquier error en esa evaluación lleva aparejado, sin querer, la intensificación del movimiento que se quiere cambiar. Un ejemplo claro ha sido la estrategia, que aún se sigue admitiendo en el seno de la izquierda, de querer atajar la homogeneización de la sociedad actual con más homogeneización -la mancha de mora, con mora se quita-, lo que se suele llamar como homogeneización del proletariado. Desde nuestro punto de vista, nos vemos obligados a dar el paso que nuestros abuelos Marx y Hegel no se atrevieron a dar, o sea, admitir, sin ninguna concesión, sin ninguna componenda, la dialéctica. Ciertamente, ponemos el acento en que la verdad es, en sí misma, una contradicción, una contradicción que nunca se supera. No hay, pues, ni espíritu absoluto ni superación de la lucha de clases. La vida humana, sea la que sea, es lucha de clases, y punto.
Comentarios